PESTE SENTIMENTAL
El hombre del cuerpo
espera descongelarse pronto de ella
tanto lívido oxidado
torrente que lo escurre a salvo
vuelve con el sonar de la orquesta
se acorruca culpable en el órgano caudaloso.
Arrepentido
pueblo ártico de las sentencias
un grito en medio de la tonada
¡Miedo, soplas la cerilla vital!
Podredumbre de la religión danzante
no resucita alientos arcaicos.
Espero
cuando aparezca veinte peces ahogados
saldré de ti.
Sumergido
no faltó bastante
veo un techo carnal.
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