MITO
Todos dicen que es mentira,
que un hombrecillo salta todas las noches en los montes
riéndose del pobre hombre que sólo tiene oro.
Dicen que no,
En vano ver una mujer salvaje con una sola pata
tragándose hombres con el corazón cojo.
Se tapan los ojos,
se huelen las manos,
hacen el amor frente a una cruz.
Extraño.
Quieren olvidar los charcos de lágrimas de la mujer llorona.
¿Será que fueron ellos quienes desaparecieron a sus hijos?
Pasan por el mundo, odian, desangran, humillan
esos extraños que no saben mentir.
¡Madremonte no llores por los mártires,
talvez con algún estruendo respiren tus cenizas!
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