POCO A POCO


La mujer más fuerte se está destrozando.
Cada día vota por la rendija
los caparazones de la dicha derramada,
con el remolino enfurecidos
esparce el polvo de las semanas sin dormir
la veo acostada con la cobija a medio cubrir.

Tiembla, pero eso no importa.
Señal de vida.

En mi cabeza cayó la cáscara
débil cuerpo la soportó 
quise devolvérsela
la tempestad sopló
hiendo a parar en las alucinaciones de su hijo.

Gritó que no quería más pruebas
ella era valiente desde que besó el interior de su madre.

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