LAS PAREDES


Las tardes se rinden en paredes manchadas,
se derraman entre voces cobardes
con la sed del sudor que emana de su angustia.
¡No quiero ver las paredes pintadas!
Es ocultar que allí se envileció la memoria.
El que no escucha su llanto
es porque la calle es más dolorosa que su refugio.
Yo no hago más que matarla,
colgando el retrato que ya no recuerdo,
tomando su pecho inocente como barrera.
Ellas desaparecieron.
La vida es una pared,
de un lado la inexistencia, del otro la muerte.
Ahora soy una pared.

Comentarios

Entradas populares